By: Yuliana Loria Villalobos
¿Cómo los profesores deben enseñar verdaderamente? ¿qué papel deben tomar los estudiantes? ¿deben ser pasivos o con ansias de explorar y construir su propio pensar? El libro "Aprendiendo a Enseñar", en su capítulo
cuatro, nos da ese pequeño empujoncito a conocer como la educación y sus
maneras de llegar al aprendiz han evolucionado. Nos habla un poco tanto del
aprendizaje asociativo como del cognitivo, sacando a la luz los pros y contras,
así también, el recorrido que estas han atravesado durante años en la
enseñanza, teniendo siempre como objetivo, llevar a todos los lectores,
información enriquecedora para su desarrollo en el mundo.
Como se dijo anteriormente, nos informa de manera
detallada sobre dos importantes aprendizajes. Como primera instancia, nos
menciona que dentro del aprendizaje asociativo se encuentra el Conductismo.
Este surge en el siglo XX, en un entorno lleno de corrientes tecnológicas que
dieron paso a que, personas como John Broadus Watson (1878-1958),
experimentaran con aspectos interesantes como la conducta. Según lo leído por
la lectura, este empezó con observaciones y experimentaciones sobre el
comportamiento de animales como ratas y palomas, llevándolo a estudiar más
adelante, el comportamiento de una niña y una rata. A este, le siguió Pavlov, uno
de los principales exponentes de la pedagogía conductista, que realizó
experimentos sobre la reacción canina al escuchar una campana o al ver comida,
siendo la respuesta del estímulo, la salivación. Pero, dejando de lado la
historia, y hablando de lo esencial, ¿qué es el conductismo?
De manera general, nos da a entender que este es aquel
que impone una conducta en específico, guiando al niño o niña desde el punto de
partida hasta la meta esperada, es decir, es aquel que asocia el estímulo con
la respuesta, integrando al medio ambiente que lo rodea para que impulse al
sujeto a una determinada acción. A esto se le suman dos factores importantes
que pueden ser tanto negativos como positivos, el refuerzo y el castigo. Según Skinner
(1970) citado por Ortiz (2013) afirma que “dentro de los principios, deben
manejar especialmente los referidos al reforzamiento positivo y evitar en la
medida de lo posible los basados en el castigo” (pág.09), ya que, de esta
manera, el niño va olvidando lo malo, y por medio de las felicitaciones y
refuerzos, logrará obtener un buen conocimiento.
En un aula, el conductismo se reconoce porque “el
profesor es un trasmisor de conocimientos, autoritario, rígido, controlador, no
espontáneo” (Ortiz, 2013, pág.10) Es decir, no permite al sujeto buscar
soluciones por sí mismo, sino que hace que este utilice las herramientas que le
da (ej. formulas específicas de matemáticas), encerrándolos en una burbuja poco
creativa y limitada. También porque “el estudiante es un objeto pasivo,
reproductor de conocimientos, lo que se manifiesta en su falta de iniciativa,
pobreza de intereses, inseguridad y rigidez.” (Ortiz, 2013, pág.10), es
decir, se utiliza un método de repetición y memoria, convirtiéndose en algo rutinario
y poco saludable para los chicos y generando actitudes no deseadas por la falta
de interacción del alumno. Sin embargo, aspectos como el ensayo y error pueden
ayudar muchísimo al sujeto ya que, por un lado, le permite generar acciones
necesarias para llegar a la meta deseada.
En segunda instancia, nos habla de que dentro del aprendizaje
cognitivo se encuentra el Constructivismo. Este capítulo nos indica
que, con el pasar del tiempo, se comenzó a criticar el papel que tomaban los
estudiantes en la clase y por esta razón, nuevos pensamientos empezaron a
surgir. Fue desarrollada por el expositor Jean Piaget y se caracteriza por
obtener conocimientos del exterior y reconstruirlos a su beneficio, es decir,
el sujeto experimenta una serie de eventos que le proveen conocimiento para
lidiar con el exterior y sus problemas, provocando una evolución cognitiva que
le permite encajar en la realidad y adaptarse. A este va ligado el constructivismo
genético que indica que la persona está en constante evolución y
reorganización mental ya que siente la necesidad de estar en optimo equilibro
con el ambiente y con sí mismo. Un gran ejemplo dado en la lectura es cuando
sientes frío, en ese momento buscas algo para cubrirte, es decir, buscas algo
para estabilizarte, ¿no es así? También nos habla del social que afirma
que mediante la interacción con otros y con la cultura que lo rodea se mejora
el desenvolvimiento del sujeto; por último, un aspecto trascendental es el aprendizaje
significativo porque esto da referencia a que construimos nuestro
conocimiento relacionándolo con lo que ya sabíamos anteriormente.
Como conclusión, es importante resaltar que en las
aulas es importante promover la participación activa y eficaz del estudiante ya
que limitar su nivel de análisis y creatividad como muchas veces se tiende a
hacer, no es una manera que ayude al individuo cuando se presente a la luz de
la realidad. Es de suma importancia que prestemos atención y conocer nuevos
métodos y teorías de educación y extraer de estas lo necesario para brindar una
educación de calidad.
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
Hernández, Lucía y Caballero María (2009). Aprendiendo a enseñar.
Una propuesta de intervención didáctica para la enseñanza de calidad.
Alcalá, Madrid. Editorial CCS.
Ortiz, A. (2013). Modelos pedagógicos y teorías del aprendizaje. Cuba.
Fecha de acceso: 19 de abril del 2020. Disponible en: https://www.researchgate.net/profile/Alexander_Ortiz_Ocana/publication/315835198_Modelos_Pedagogicos_y_Teorias_del_Aprendizaje/links/58eafa4ca6fdccb4a834f29c/Modelos-Pedagogicos-y-Teorias-del-Aprendizaje.pdf
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